- Dota se propone como primer aspirante a convertirse en
sitio SIPAM.
10 de octubre, San José, Costa Rica. Los agricultores tradicionales de pequeña
escala tienen sus propios sistemas para adaptarse al cambio climático, los
cuales son extremadamente fundamentales para sostener los medios de vida,
mantener las comunidades rurales, preservar el conocimiento y proteger los
paisajes frágiles y la agrobiodiversidad.

Las comunidades tradicionales de agricultura familiar, que viven
en y alrededor de los SIPAM, fueron los protagonistas en el evento Experiencias
de Adaptación al Cambio Climático de los Agricultores Tradicionales de Pequeña
Escala, realizado durante el último día de la Reunión preparatoria de la
Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático,
Pre-COP25, celebrada en Costa Rica.
“Respetar los sistemas ancestrales de producción es una apuesta a
ganar. En Costa Rica tenemos muchos casos que pueden convertirse en sitios
SIPAM. La forma en que nuestros indígenas producen el cacao y nuestra
producción cafetalera son algunos ejemplos. Conservar estos sistemas es
una garantía de desarrollo para nuestras comunidades rurales, en todos los ámbitos:
social, ambiental y económico”, dijo la Viceministra de Agricultura y
Ganadería, Ana Cristina Quirós Soto.
Precisamente, durante el evento se anunció que el cantón de Dota
iniciará el proceso para proponerse ante la FAO como el primer SIPAM de Costa
Rica.
“Estos sistemas agrícolas se encuentran muchas veces amenazados
por varios factores, inluyendo el cambio climático y la presión creciente sobre
los recursos naturales. Los sistemas ancestrales constituyen la base de las
innovaciones y tecnologías agrícolas actuales y futuras, asimismo
contribuyen a la preservación de los agro ecosistemas de relevancia global”,
dijo por su parte Eduardo Mansur, Director de la División de Tierras y Aguas de
la FAO, quien aplaudió la iniciativa costarricense.
Los SIPAM son paisajes
estéticamente impresionantes que combinan la biodiversidad agrícola con
ecosistemas resilientes y un valioso patrimonio cultural. Actualmente,
FAO reconoce 50 SIPAM a nivel global, que están situados en lugares
específicos, tres de ellos en Latinoamérica, donde aportan de forma sostenible
múltiples bienes y servicios, alimentos y unos medios de subsistencia seguros
para millones de pequeños agricultores.
Según la FAO, su
diversidad cultural, ecológica y agrícola es aún palpable en muchas partes del
mundo en las que se conservan como sistemas singulares de agricultura.
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