MAG impulsa producción sostenible y orgánica en el Caribe

 

  • Se incrementa el número de fincas que participan en el programa Bandera Azul Ecológica y fincas con Certificación Orgánica de Transición desde el cantón de Talamanca hasta Pococí.
  • La parte sur de la provincia de Limón, por muchos años, se ha caracterizado por tener la mayor área de producción orgánica del país.
  • Productores de aceites esenciales cambian de agricultura convencional a orgánica, para mejorar acceso a nichos de mercados diferenciados.

 

Coopecuna R.L. es un ejemplo de la producción sostenible en el Caribe de nuestro país.  Esta organización, ubicada en el poblado de Cartagena, del distrito La Rita, Pococí, Limón, e integrada por 23 asociados (16 mujeres y 7 hombres), se encuentra en el periodo de transición a la producción orgánica y ya ostenta el galardón de Bandera Azul Ecológica con dos estrellas.

En un área de 6 hectáreas cultivan plantas como orégano, citronela, eucalipto, juanilama, entre otras, las cuales sirven como materia prima para la extracción de aceites esenciales, actividad que ellos mismos realizan y que comercializan para la industria cosmética y de salud.   Además, la organización cuenta con una iniciativa de turismo ecológico, por lo que reciben grupos de estudiantes extranjeros que desean conocer y aprender de su proyecto, y desarrollan actividades para el cuido del ambiente, lo que la convierte en fuente sostenible de ingresos para la comunidad.

“Producíamos de manera convencional.  Ahora, este tipo de producción y la diversificación, nos ha permitido mejorar el impacto social en las familias que vivimos de esta actividad, porque se nos han abierto nichos de mercado importantes, de productos diferenciados, gracias al MAG que nos ha brindado capacitación para hacer esta agricultura de cambio”, narró don Julio Valverde, gerente de la cooperativa.

Coopecuna, R.L. es solo un ejemplo de la región y del país.  “En la Región Caribe, cada año se incrementa el número de fincas que participan para obtener la Bandera Azul Ecológica.  Solamente para este 2020, se cuentan con 20 fincas registradas, con cultivos y actividades muy diversas. Algunas son pequeñas y medianas fincas de ganadería sostenible, fincas integrales de seguridad alimentaria, de producción de granos básicos, de raíces y tubérculos y de aves de corral”, detalló Yendri Delgado Delgado, Directora del MAG en la Región de Desarrollo Huetar Caribe.

Dentro de las fincas que se encuentran en el programa de Bandera Azul Ecológica, algunas se dedican a la venta de excedentes, con un componente de agro ecoturismo y belleza escénica; otras son fincas con procesos de producción de cacao; algunas producen extractos de plantas medicinales y de aceites esenciales, como cúrcuma, vainilla, orégano, eucalipto, pimienta entre otros, como Coopecuna.

También hay fincas de producción de banano convencional, sostenible, en asocio con áreas de bosque húmedo tropical, con corredores biológicos y combinación de siembra de banano con sistemas orgánicos. Las mismas buscan implementar prácticas para aumentar la calidad y cantidad del recurso hídrico, así como hacer un uso responsable del agua y devolver a la naturaleza un recurso limpio.

Como parte de este proceso, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), junto con los productores y productoras, ejecuta un plan de manejo y conservación de suelos, que considera la capacidad de uso, topografía y fertilidad, con el fin de planificar el método de mejora y reconversión de la finca, para mejorar su potencial económico y ambiental, mediante la incorporación de rastrojos orgánicos para abonar.  Asimismo, se diagnostican las emisiones generadas por desechos orgánicos y no orgánicos.

“Otras acciones tienen que ver con la gestión para la identificación y disposición de residuos no orgánicos, establecer un plan de disminución de estos residuos, bajar el consumo de combustibles fósiles, y de electricidad, y contribuir a bajar la huella de carbono, apoyar la producción limpia, libre de residuos, ser responsable con el manejo de los animales, tanto en sus condiciones de acondicionamiento, como en su manejo de sanitario de los animales, y el cambio climático y tratar de proyectar estos beneficios a la comunidad”, agregó Delgado.

Con estas prácticas, se reduce la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y se aprovechan los residuos para abonar las pasturas y los cultivos, lo que ayuda a aumentar la fijación de carbono a través de la materia orgánica y el aumento de la biomasa forestal.

El sector sur de la provincia de Limón, por muchos años, se ha caracterizado por tener la mayor área de producción orgánica del país. En ella destaca la Asociación Campesina de Productores Orgánicos (ACAPRO), que son un modelo de certificación participativa y se dedican a la producción de granos básicos, cacao, hortalizas, vinagre natural, entre otros productos.

En esta zona opera también la Asociación Pequeños Productores de Talamanca (APPTA), con más de 1.477 hectáreas dedicadas a la producción de cacao, frutales exóticos y banano orgánico.

Otras organizaciones de importancia en la producción orgánica son la Asociación UCANEHU, ubicada también en Talamanca, con 311,5 hectáreas dedicadas a la producción de banano dátil, cacao y frutales exóticos; así como la comercializadora de banano orgánico Trobanex, Ltda, que acopia banano orgánico de más de 2.000 hectáreas en Talamanca; y la Organización de Mujeres Indígenas ACOMUITA, donde se procesa cacao que se vende en el mercado internacional.

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