§ Se
trata de un esfuerzo conjunto entre las autoridades de gobierno y los sectores
pesqueros para concientizar y capacitar en la
aplicación de técnicas correctas de liberación de tortugas marinas en la pesca
artesanal y de palangre.
§ Esta
iniciativa brindará a las autoridades información actualizada sobre diferentes
tipos de pesca que, potencialmente, interactúan con las tortugas marinas, y en
particular con la tortuga baula.
Al menos 600 pescadores de seis puertos y
comunidades pesqueras en Costa Rica, adoptarán mejores prácticas de
manipulación y liberación de tortugas marinas a bordo, con el fin de aumentar
la probabilidad de supervivencia de estas especies capturadas de forma
incidental en labores de pesca.
A través del Proyecto “Mejores prácticas de
manejo y liberación de tortugas marinas”, las autoridades contarán con
información actualizada sobre las flotas que, potencialmente, podrían interactuar
con las tortugas marinas, y en particular con la tortuga baula. Sobre esta base
se definirán las necesidades de capacitación y las prácticas más adecuadas.
“El 99% de las
tortugas capturadas por palangre superficial son recuperadas vivas. Por ello, es
muy importante que los pescadores puedan aplicar las mejores prácticas de
manipulación y extracción de anzuelos, para aumentar las probabilidades de
supervivencia de los animales”, explicó Sandra Andraka, bióloga experta en
temas marinos y asesora del proyecto.
La tortuga laúd o baula es la de mayor
tamaño de todas las tortugas marinas; puede alcanzar una longitud de 2,3 metros
y un peso de alrededor de los 600 kilos. Las poblaciones del Océano Pacífico
Oriental (OPO) son las que se encuentran en mayor peligro de extinción del
mundo. Una de las principales playas de anidación de esta especie está en playa
Grande. Adicionalmente, durante los meses de anidación las tortugas baulas se
mantienen en aguas costarricenses en esa zona de Guanacaste, por lo que es importante
atender la potencial interacción con actividades pesqueras.
“Las
tortugas marinas juegan un rol muy importante en los ecosistemas en los
que se encuentran, aspecto que se vincula directamente con la salud de nuestros
recursos pesqueros, por lo que vemos una gran oportunidad de trabajo, de
conformidad con una actividad pesquera adecuadamente administrada, eficiente y
resiliente”, indicó
Daniel Carrasco Sánchez, presidente ejecutivo del INCOPESCA.
En Costa Rica se reportan al menos 85 playas
de anidación para las tortugas marinas, así como rutas migratorias y
movimientos de estas especies por nuestras aguas territoriales, lo cual refleja
la importancia del territorio para su supervivencia y la gran responsabilidad
país en realizar los esfuerzos pertinentes para su conservación.
“Esta iniciativa no solo cumple con la
función primordial de ayudar a que las especies mantengan sus poblaciones en
condiciones favorables, sino que también, se fortalecen las alianzas
institucionales, hay una participación del sector pesquero en materia de manejo
y protección de estas especies, sin dejar de lado, el fortalecimiento de las
destrezas, y la generación de un mayor conocimiento y sensibilización”, explicó Rafael
Gutiérrez Rojas, director ejecutivo del Sistema Nacional de Áreas de
Conservación (SINAC).
A través de este innovador proyecto se
trabajará con comunidades de pescadores artesanales de “pequeña escala” del
Pacífico y principalmente en Guanacaste, donde se creará el Áreas Marina de
Pesca Responsable (AMPR) de Papagayo, y en otras existentes como el AMPR de San
Juanillo, así como otras áreas marinas protegidas, que incluyen en sus planes
de manejo el aprendizaje de mejores prácticas para tortugas marinas a bordo.
El objetivo final del proyecto es desarrollar
y establecer un curso oficial obligatorio para las tripulaciones de las flotas
de comerciales “de mediana escala” y “avanzada” de Costa Rica, que utilizan una
línea de anzuelos llamada palangre, y aprendiendo de esta experiencia,
establecer los mecanismos para poner en marcha un esquema similar en Panamá.
Ambos países están actualmente muy
interesados en resolver sus problemas de captura incidental de tortugas marinas
dentro de su compromiso por unas pesquerías responsables, ante la demanda cada
vez mayor de los mercados nacionales e internacionales por fuentes sostenibles
de productos del mar. Costa Rica sería
pionero en establecer oficialmente este curso.
“Desde el sector pesquero de palangre vemos
con gran optimismo los proyectos en los que se nos involucra directamente y que
surgen de nuestro interés, pues son parte de las acciones a las que nos hemos
comprometido en el Proyecto de Mejora Pesquera o FIP que es una iniciativa
pionera de relevancia internacional. Capacitarnos en mejores prácticas para la
liberación de tortugas marinas nos permite fomentar la sostenibilidad de la
actividad pesquera, haciéndola más amigable con el ambiente y abriendo
oportunidades para una reactivación económica, generación de empleo y
prosperidad en las zonas costeras”, explicó Robert Nunes, vocero de Sector
Palangrero Nacional.
Este proyecto está financiado principalmente
por la National Fish & Wildlife
Foundation y la International Seafood
Sustainability Foundation (ISSF) en una colaboración entre Submon, EcoPacífico+,
las autoridades de gobierno y los sectores pesqueros palangreros de Costa Rica
y Panamá.
SUBMON y EcoPacific+ han trabajado con las
comunidades pesqueras y los gobiernos en la reducción de la captura incidental
en el Océano Pacífico Oriental durante más de 15 años, estableciendo una
relación de confianza con ellos tanto en Costa Rica como en Panamá.
Esta iniciativa se basa en la experiencia que se
llevó a cabo en 2016, en la que INCOPESCA y el Ministerio de Ambiente y Energía
(MINAE) con asesoría de SUBMON y EcoPacific+, donde se logró que un total de
317 pescadores asistieron a las capacitaciones adaptadas a las condiciones
locales y que fueron organizadas en seis comunidades pesqueras en la costa del
Pacífico de Costa Rica con pesquerías de palangre.
“Este proyecto no solo contribuye al
cumplimiento de la Estrategia Nacional para la conservación y protección de las
tortugas marinas en Costa Rica, aprobada en el año 2018 por el Consejo Nacional
de Áreas de Conservación (CONAC), sino que también lo hace en el ámbito
internacional, al cumplir con lo indicado por la Convención Interamericana para
la Protección y Conservación de las tortugas Marinas (CIT) en su Resolución
sobre la Conservación de la Tortuga Baula (Dermochelys coriacea) del Pacífico
Oriental (CIT-COP7-2015-R2), adoptada por el país y en donde se exhorta a los
países Parte establezcan y evalúen programas nacionales de manipulación y
liberación de tortugas capturadas incidentalmente en todas las pesquerías,
capacitando a los pescadores con las mejores prácticas de manejo, un
entrenamiento que también incluirá a los funcionarios de las Áreas Marinas
protegidas del SINAC para fortalecer sus habilidades y con esto sumar a los
esfuerzos de conservación que hace el país para revertir la situación crítica
de varias de las especies de tortugas marinas, como es el caso de la baula”,
enfatizó Rotney Piedra del Sistema Nacional de Áreas de Conservación
(SINAC), presidente de la COP 10 CIT y
miembro del Comité Consultivo de Expertos de la CIT.
Todas estas acciones se apoyarán en un plan
de comunicación para dar a conocer el avance entre la población, y para que los
principales chefs de la zona apoyen la pesca sostenible.
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