La
Estación Experimental Carlos Durán, ubicada en Cartago, fue el escenario para
que el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia de Tecnología
Agropecuaria, INTA, presentará un informe sobre las principales actividades de
investigación desarrolladas en los últimos cuatro años, así como los procesos
de traslado de ese conocimiento a las personas productoras, con apoyo de la
Dirección Nacional de Extensión Agropecuaria, ambas entidades del Ministerio de
Agricultura y Ganadería, MAG.
“La
agricultura nacional se va a desarrollar sí y solo sí, se desarrolla la
tecnología. Pero la tecnología no es únicamente equipos, herramientas, software
e instrumentos tecnológicos. La tecnología es también semillas, mejoramiento
genético de los animales, entre otras variables que debemos desarrollar y poner
a disposición de las personas productoras”, dijo el ministro Renato Alvarado
Rivera, quien lideró la transmisión realizada por el Facebook institucional.
“En
el INTA venimos realizando investigaciones para mejorar la calidad de las
semillas de papa, camote, yuca, arroz, e incluso se validan razas de ganadería,
de manera que quienes se dedican a estas actividades cuenten con los mejores
materiales de acuerdo con la calidad culinaria que exigen los mercados, con
producción con bajo uso de insumos, eficiente con el ambiente, y con avances
tecnológicos que mejoran la productividad”, detalló por su parte Arturo
Solórzano Arroyo, director del Instituto.
Validación
de materiales de papa, camote y yuca: En la estación Carlos
Durán se validan materiales de papa, camote y yuca y se reproducen alrededor de
200 mil plantas madres de estos tubérculos.
La
mayoría de los materiales de papa provienen del Centro Internacional de la
Papa. Entre ellos, la variedad Palmira, liberada en octubre de 2020, y que ya fue registrada ante la Oficina Nacional
de Semillas para su comercialización.
Dentro de sus características está su buena adaptación a
condiciones de clima seco y caliente, rendimientos de 34 toneladas por hectárea
y que requiere hasta 60% menos de agroquímicos, ya que es resistente a varias
enfermedades; se adecua a consumo en fresco y a procesos industriales y es un
material que se adapta a condiciones de sequía, con tolerancia al calor, lo que
también facilita la adaptación al cambio climático del cultivo.
Actualmente
se desarrollan los ensayos de 2 ó 3 materiales, cuyos resultados se estarían
anunciando en un plazo de dos o tres años.
Investigaciones
en arroz: En la estación Enrique Jiménez Núñez, ubicada
en Guanacaste, el INTA desarrolla procesos para mejorar variedades de arroz,
con el fin de fortalecer el desarrollo de ese cultivo, tan importante para la
seguridad alimentaria del país.
Una
de las investigaciones se basa en el estudio de variedades nativas que
presentan características tipo gourmet, en procura de mejores oportunidades
para los agricultores y agricultoras familiares, con un producto que tiene
oportunidades en nichos de mercado especializados.
Ganadería
descarbonizada: En el INTA además se han venido desarrollando
investigaciones para el mejoramiento
genético de nuevas razas para carne bovina y en procesos de medición de los
aportes de la producción agropecuaria en el proceso de mitigación de los gases
de efecto invernadero.
Se
impulsan prácticas y estrategias que reducen la emisión de GEI y capturan
carbono de la atmósfera, además, de que mejoran la productividad y la
rentabilidad de los sistemas productivos.
Por ejemplo, el pastoreo racional, de forma que el animal reciba pastura
de mejor calidad, más digestible, para reducir emisiones de metano y que las
excretas se reincorporen a las pasturas y, a través de la descomposición, el
carbono queda retenido en el suelo. También se promueve el uso de cercas vivas, ya
que los árboles retienen carbono a través del tejido.
El
mejoramiento genético es parte de la estrategia, mediante el programa de cooperación
de Nueva Zelanda, para contar con animales cuya dieta dependa menos de
alimentos importados, y más de pastos.
Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la Cooperativa de Mejoramiento
Genético de Nueva Zelanda, entidad que donó 12 mil pajillas donadas, las cuales
fueron distribuidas en 112 fincas, en 5 regiones de todo el país, con
resultados muy positivos en cuanto a fertilidad, niveles de producción, calidad
de leche, entre otras variables que se están evaluando.
Estos
esfuerzos están relacionados con otras acciones, como la creación de bancos
forrajeros, para poner a disposición del productor materiales que les permitan
producir el alimento de sus animales y disminuir la dependencia de granos
importados.
Otras
iniciativas son la reproducción de semillas para producción de hortalizas en
zonas secas como Guanacaste, y también en el Caribe, siendo dos micro climas
totalmente distintos. Así como la investigación desarrollada con 12 materiales
de cáñamo industrial.
“El
INTA se ha reinventado y se ha puesto a disposición de los agricultores y
agricultoras y se ha convertido en un centro de experimentación y de
oportunidades de desarrollo, trabajando más de cerca con productores,
asociaciones, colegios técnicos, para transferirles de manera directa todas las
tecnologías que tenemos, mediante una política de puertas abiertas”, concluyó
el ministro, quien reiteró que la inversión en el presupuesto del MAG y en sus
instituciones, se devuelve a los productores y productoras.
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