En la región se despliega un alto flujo de
comercio transfronterizo de animales y productos que reportan grandes
beneficios y también riesgos, por eso, este proyecto tiene como objetivo fortalecer
las capacidades diagnósticas de los laboratorios veterinarios oficiales en Latinoamérica,
mediante protocolos, planes de validación y de respuesta a emergencias, así como
también capacitaciones para el personal en cinco enfermedades: Newcastle, influenza
aviar, , peste porcina clásica, peste
porcina africana y brucelosis.
Según
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), en 2020, 260 millones de personas padecieron inseguridad alimentaria
moderada o grave en la región. En tanto, un informe del Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), indica que cerca del 60% de las
enfermedades infecciosas en humanos
y el
75% de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas, es decir, se
transmiten de animales a humanos.
“Estas cifras son de gran importancia para este proyecto y nos
impulsan a tomar acciones inmediatas para contar con las capacidades y las
herramientas, no solo para monitorear posibles brotes de enfermedades animales
y zoonóticas, sino que además para tomar las medidas preventivas necesarias
para velar por la seguridad alimentaria y por la salud de todos quienes
habitamos la región. Ese es nuestro compromiso y nuestra motivación”, señaló Gabriela Hernández, jefa de Unidad Microbiología Médico
Veterinaria del Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) de Costa Rica, quien
además actúa como contraparte líder de este proyecto.
La
OIEA jugará un papel crucial en este proyecto, aportando recursos,
transferencia de conocimientos a través de cursos regionales de capacitación y misiones
de expertos; este proyecto inició este año y se extenderá hasta el 2024.
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