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Se trata de recursos provenientes de Fundecooperación que deberán ser
ejecutados por el MAG y el INTA en proyectos que adapten la actividad pecuaria
al cambio climático a corto plazo.
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¢100 millones no reembolsables serán destinados a la creación de 75
Fincas Escuelas en las regiones Central Occidental, Central Oriental y Central
Sur, con lo que sumarán 100 las unidades demostrativas que servirán de modelo a
replicar en todo el país.
· Segundo proyecto impulsará el mejoramiento genético en los hatos ganaderos en alturas menores a los 1.400 metros sobre el nivel del mar y a mejorar al rebaño bufalino del país.
· Ambos proyectos iniciarán su ejecución en el mes de octubre de 2020.
San José. Con apoyo de Fundecooperación para el Desarrollo Sostenible, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA) ejecutarán dos proyectos, por un monto de ¢200 millones, para que la actividad ganadera sea más eficiente, resiliente y eco-competitiva; y por ende, mejor adaptada al cambio climático.
Los fondos provienen del
programa Adapta2+, que es financiado por el Fondo de Adaptación, con la
colaboración de la Dirección de Cambio Climático, el Ministerio de Ambiente y
Energía (MINAE) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
¢100 millones no reembolsables serán
destinados a la creación de 75 Fincas Escuelas en las regiones Central
Occidental, Central Oriental y Central Sur, con lo que sumarán 100 las unidades
demostrativas que servirán de modelo a replicar en todo el país.
Los otros ¢100 millones
serán utilizados en un segundo proyecto para impulsar el mejoramiento genético
en los hatos ganaderos en alturas menores a los 1.400 metros sobre el nivel del
mar, con razas adaptadas a condiciones más secas, y mejorar el hato bufalino
del país.
Ambos proyectos estarán
iniciando su ejecución en el mes de octubre de 2020.
En detalle
75 fincas escuelas. Con una inversión de ¢100 millones,
la primera de las iniciativas pretende establecer un total de 75 fincas
escuelas en las siguientes regiones:
-
Central Occidental (San
Ramón, Grecia, Alajuela)
-
Central Oriental
(Coronado, Cartago, La Unión, Jiménez, Turrialba, Pacayas, Tierra Blanca)
-
Central Sur (Acosta,
Puriscal, Aserrí, Mora, Santa Ana, Carara).
Además, se unirán a 25
que ya funcionan actualmente en las regiones Brunca, Huetar Norte, Chorotega,
Huetar Caribe y Pacifico Central, para sumar 100 unidades demostrativas que
servirán de modelo a replicar.
En total, las personas
productoras que formen parte del programa serán apoyados por Fundecooperación
con fondos no reembolsables, y recibirán acompañamiento por parte de la
Corporación Ganadera (CORFOGA), y del Servicio de Salud Animal (SENASA).
“Para la implementación
de metodologías y convertir sus fincas en vitrinas para que más productores de
las distintas regiones del país adopten las nuevas tecnologías más rentables y
de adaptación al cambio climático”, explicó el ministro de Agricultura y
Ganadería, Renato Alvarado.
Los participantes
contarán con tecnologías innovadoras en elementos sanitarios y de reproducción,
e implementarán técnicas de adaptación y aumento en rentabilidad, como pastoreo
racional, fertirriego de purines y bioles, cosecha de agua de lluvia, entre
otras que contempla la NAMA Ganadería y la Estrategia Nacional de Ganadería
baja en Emisiones de Carbono.
“Las Fincas Escuela
permiten unificar esfuerzos de todo el sector para alcanzar las metas
contempladas en la Estrategia de Ganadería baja en emisiones, porque
facilitan que los ganaderos aprendan unos de otros, es decir de productor
a productor”, dijo el jerarca rector del sector agropecuario del país.
Añadió que, a través de
la experiencia de ambos y la guía técnica de personal capacitado, implementen
prácticas sostenibles, innovadoras, que les mejoran sus rendimientos a la vez
que hace que la actividad sea más resiliente frente a la variabilidad
climática”.
Coincidentemente, la
ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza, destacó que es fundamental
entender que se debe llevar una agenda de trabajo conjunto, “donde se puedan
identificar justamente cuáles son las opciones tecnológicas para las y los
productores y para el sector que les permitan reducir sus costos de operación,
por un lado o mejorar su competitividad y eficiencia, al tiempo que reducimos
emisiones”, dijo.
“Cuando logramos
encontrar estas tecnologías que permiten reducir costos, incrementar
productividad, mejorar eficiencia y al mismo tiempo reducir emisiones, es el
enfoque de fortalecimiento económico sostenible perfecto que el país y el mundo
necesitan para construir la nueva normalidad post-covid-19”, acotó la jerarca.
Mejoramiento
genético. Los otros
¢100 millones serán utilizados en un segundo proyecto que es liderado por el
INTA, y apoyado también por Fundecooperación, que busca impulsar el
mejoramiento genético en los hatos ganaderos en alturas menores a los 1.400
metros sobre el nivel del mar, con razas adaptadas a condiciones más secas, y
mejorar el hato bufalino del país.
En su primer objetivo,
este proyecto propone el desarrollo en el país de animales más resistentes al
clima, al calor, a ciertas plagas, a terrenos difíciles, que puedan generar un
mejor aprovechamiento de los pastos y forrajes para disminuir el costo de la
dieta.
En su segundo objetivo,
se propone renovar el hato bufalino que existe en el país, ya que actualmente,
se mantienen los descendientes de los primeros búfalos traídos al país por
JAPDEVA en 1975. Incluye la creación de un centro de mejora, que será
desarrollado en la Universidad Técnica Nacional, con sede en Atenas, en apoyo
al Comité Nacional Bufalero.
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