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Iniciativa se enmarca en la Política de Ganadería Sostenible de Costa Rica, el Plan Nacional de
Descarbonización y NAMA Ganadería.
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Estrategia impulsa el uso de cinco
tecnologías: fertirriego de purines, cosecha de agua y pastoreo racional,
utilización de bancos forrajeros y genética adaptada al cambio climático.
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Módulos incluyen cercas eléctricas,
paneles solares y sistemas de riego entre otras tecnologías procurando fortalecer
resiliencia de pequeños y medianos productores ante el cambio climático.
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Objetivo es que, a finales de 2022,
1.773 fincas ganaderas apliquen estas prácticas que convertirá a Costa Rica en
el primer país en recibir pago por incremento en carbono en suelos ganaderos.
Los retos del cambio climático, la apertura comercial, la crisis
de las cadenas de suministros, la invasión de Rusia a Ucrania y los múltiples
aumentos en los costos asociados a insumos han acelerado la búsqueda de
opciones para que productores puedan seguir en la actividad ganadera de una
manera rentable y resiliente a todos estos efectos adversos.
En ese contexto, cada día
más productores nacionales se acercan al Ministerio de Agricultura y Ganadería
(MAG) y a las instituciones del sector ganadero para implementar las medidas de
la NAMA Ganadería.
Como parte del Plan
Nacional de Desarrollo e Inversión Pública 2019-2022 (PNDIP), de la Política de
Ganadería Sostenible y Plan Nacional de Descarbonización y el NDC de Costa Rica
al día de hoy 1.750 fincas de todo el país desarrollan medidas de adaptación,
mitigación y aumento de rentabilidad.
Gracias a estos cambios,
bajan sus costos, son más resilientes y pueden desarrollar su actividad
productiva de una forma más eficiente.
El ministro de Agricultura
y Ganadería, Renato Alvarado Rivera, explicó que en sus fincas los ganaderos
implementan medidas como pastoreo racional, fertirriego de purines y bioles,
cosecha de agua de lluvia, establecimiento de banco forrajero, manejo de
registros, mejoramiento de pasturas y ambientes ganaderos protegidos, entre
otras prácticas.
“El objetivo es generar un cambio
sustancial en la forma que los productores vienen trabajando y que les permiten
adaptarse al cambio climático. Hemos
logrado que cada ganadero contribuya a fortalecer la integración de la familia
y el compromiso de cada miembro con la sostenibilidad de la unidad productiva”,
dijo el jerarca.
La NAMA Ganadería es
liderada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), con el apoyo del
Instituto Nacional en Transferencia de Tecnología Agropecuaria (INTA), la
Cámara de Productores de Leche y la Corporación Ganadera (CORFOGA) y el apoyo
de Fundecooperación para el Desarrollo Sostenible por medio del programa
ADAPTA2+.
Al amparo del programa,
los ganaderos reciben capacitación, fondos no reembolsables y acceso al
financiamiento adaptado a sus necesidades particulares. Además, acceso a
mercados diferenciados aprovechando las ventajas comparativas de la actividad
ganadera nacional, la cual es baja en emisiones, libre de deforestación y en
pastoreo, con un alto índice de respeto por la biodiversidad y el bienestar
animal.
Otro elemento importante
es que estas fincas con mediciones de su balance de emisiones serán las
primeras en recibir el pago por el incremento en carbono en suelos (COS) del
cual Costa Rica será pionero y ejemplo a replicar a nivel mundial.
La meta a finales de 2022
es convertir 1.773 fincas ganaderas en unidades más rentables y adaptadas al
cambio climático.
En los años por venir y al
ser un proyecto país que trasciende las administraciones y con apoyo de
cooperación internacional no reembolsable, se prevé reconvertir un número
similar de fincas.
Proceso de adaptación. En las fincas sostenibles y adaptadas
al cambio climático se cuenta con diversas fuentes para la alimentación animal,
se practica el ensilaje, el cultivo de bancos forrajeros, manejo racional y adecuada
rotación de potreros; se administra el recurso agua para las diferentes
actividades de la finca, así como su conservación y manejo; se construye
infraestructura para la cosecha de lluvia; se protegen nacientes y fuentes de
agua mediante el cultivo y protección de árboles y respeto de las áreas de
retiro.
Los productores, además, son
capacitados en Buenas Prácticas Agrícolas, Buenas Prácticas de Producción y
Buenas Prácticas de Manufactura, para un adecuado manejo de los procesos
productivos y del almacenamiento de los diversos insumos para la finca,
evitando contaminaciones.
Otro aspecto que es fortalecido en
estas unidades productivas es el uso adecuado de los remanentes orgánicos e
inorgánicos, los cuales se utilizan para preparar abono orgánico, riego de
purines, lombricompost, biodigestores, entre otros, minimizando los
gastos. Los rastrojos, incluso, se usan en la alimentación del ganado o
en la elaboración de compostajes.
En la elaboración de los planes de
finca y la definición de las tareas que deben realizarse participa toda la
familia productora, con sus aportes y experiencias, lo que ha contribuido con
lo que fortalece la integración de la familia y el compromiso de cada miembro
con la sostenibilidad de la unidad productiva.
El compromiso del MAG y sus
direcciones regionales con el proceso NAMA Ganadería, se extiende a todo el
país y a todos los sistemas bovinos, apoyados también por las instituciones del
sector y las principales cámaras de ganaderos nacionales. Costa Rica es
pionera y líder a nivel mundial en este nuevo enfoque de ganadería sostenible y
que permitirá llegar a muchas personas productoras en los años venideros. Para
formar parte de este proceso pueden solicitar información en las redes sociales
del MAG y en la página del programa NAMA Ganadería www.fb.com/namagaderia.
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