DISCURSO DEL PRESIDENTE LUIS GUILLERMO SOLÍS RIVERA EN CUMBRE SOBRE EL CLIMA 2014 "UNA ACCIÓN CATALIZADORA"
Compartimos el discurso pronunciado este 23 de setiembre por el Presidente de la República, Luis Guillermo Solís Rivera en la Cumbre sobre el Clima 2014 "Una acción Catalizadora", celebrado en la Ciudad de Nueva York, Estados Unidos.
Señor Presidente,
Hoy
nos reúne la necesidad de comprometernos a anunciar acciones concretas que evidencien
nuestro compromiso por alcanzar un acuerdo transformador en materia de cambio
climático en París el próximo año.
El
cambio climático es un fenómeno que afecta a toda la humanidad. Todos somos vulnerables
a sus efectos y todos contribuimos, aunque de forma diferenciada, a que esta
amenaza se mantenga latente.
La
presencia de más de 130 Jefes de Estado y de Gobierno es el indicador más claro
de la prioridad que nuestros Estados le otorgan a la necesidad de crear
soluciones nacionales y conjuntas.
Vengo
de un país convencido, desde hace muchos años, de que el respeto y la promoción
de los Derechos Humanos, incluido el derecho al desarrollo, como parte fundamental
del desarrollo sostenible, es el modelo
de desarrollo adecuado para garantizar soluciones integrales a las necesidades
y aspiraciones de bienestar social, económico y ambiental de todos nuestros
pueblos.
Mi
país cree en la necesidad de que trabajemos en conjunto y en función de un acuerdo
universal, transformador y vinculante
para todos, que reconozca el principio de responsabilidades comunes pero
diferenciadas y que esos esfuerzos sean liderados por los países desarrollados
y los más emisores, quienes poseen los recursos y la capacidad de cooperar con
los países en vías de desarrollo como Costa Rica.
Por
esa razón, deseo ratificar el compromiso de Costa Rica de convertirse en país carbono
neutral en el año 2021; y para ello, mi Gobierno trabajará en función de objetivos
específicos en dos áreas estratégicas para el desarrollo nacional:
En
el área de transporte, mi administración impulsará la creación de una red de transporte
articulada que incluirá un sistema ferroviario eléctrico complementado con un
nuevo sistema de servicio de autobuses que utilizarán solamente
biocombustibles.
Esto
permitirá la disminución sustancial del flujo vehicular metropolitano,
revolucionará la cultura automotriz en mi país y reducirá significativamente el
uso de vehículos privados y públicos, así como las emisiones de carbono a la
atmósfera. Este es, Señor Presidente, nuestro reto principal y será, sin duda
alguna, el más complejo, pero también el que mayores beneficios genere.
En
el área de Energía, debido a los efectos del cambio climático en nuestros
recursos hídricos, ha disminuido nuestra capacidad de producción
hidroeléctrica. Sin embargo, el país ha antenido
su matriz de producción en más de un 90% con base a fuentes renovables y la
puesta en marcha en 2016 del Proyecto Hidroeléctrico Reventazón, una de las
obras de ingeniería civil más importantes de Centroamérica, permitirá que alcancemos
porcentajes que rondarán el 100% y alcanzar nuestra meta de ser generadores de
electricidad con fuentes totalmente renovables.
Asimismo,
Costa Rica continúa acelerando la exploración y explotación de energía geotérmica
en sus volcanes, sin afectar los parques nacionales. Los proyectos Pailas I y
Pailas II le permitirán al país tener un respaldo energético que permitirá
mantener esa meta de generación de electricidad basada en un 100% en fuentes
limpias.
Además,
una de las primeras decisiones que tomó esta administración fue la de ampliar
la moratoria a la explotación petrolera hasta el año 2021, pues creemos en la necesidad
de evitar graves riesgos ambientales, de llevar a cabo un análisis detallado del
costo beneficio de las actividades extractivas y de mejorar la distribución de beneficios
hacia las comunidades más vulnerables, en particular los pueblos indígenas y
las comunidades rurales.
Mi
Gobierno también está comprometido con el desarrollo masivo de tecnologías renovables
para uso doméstico. Creemos en la necesidad de que los hogares costarricenses
adquieran patrones de consumo energético adecuados, accesibles y sostenibles y
que lo hagan haciendo el mejor uso posible de las tecnologías a nuestro alcance,
las cuales deben innovarse, abaratarse y popularizarse. Esfuerzos similares se
realizan en las instituciones públicas, para las cuales trabajamos en el diseño
de estrategias de consumo que representaría un ahorro significativo de recursos y el replanteamiento
de la estrategia pública de ahorro energético.
Estos
son objetivos complejos y muy difíciles de alcanzar, razón por la cual es imprescindible
que la comunidad internacional comprenda la necesidad de apoyar los esfuerzos
de desarrollo de los países de renta media como Costa Rica y que nuestros esfuerzos
estén basados en una auténtica solidaridad internacional que nos permita beneficiarnos
de una alianza global verdadera y efectiva, que no castigue nuestros avances y
que no genere desincentivos para seguir la ruta de desarrollo orientada a bajas
emisiones y la erradicación de la pobreza.
Sin
los medios de implementación adecuados, no podrán alcanzarse gran parte de nuestros
esfuerzos nacionales. Si no cooperamos sobre una base de solidaridad, no tendremos
éxito. Ciertamente nuestras acciones deben ser nacionales, pero las soluciones
deben ser necesariamente comunes. Los países en desarrollo no podemos seguir
subsidiando las emisiones de los países más contaminantes. El tiempo para hablar
se ha terminado, es tiempo para la acción.
Desde
mi perspectiva sin embargo, otro de nuestros mayores retos recae en el frente hacia
la adaptación. Necesitamos promover una agricultura más receptiva a los cambios,
una infraestructura mejor y capaz de soportar eventos climáticos extremos como
los que ya estamos experimentando. También debemos de fortalecer nuestra resiliencia
ecológica, social y humana, la organización de las comunidades y particularmente
las de las mujeres indígenas y de poblaciones costeras. Debemos ser capaces de
apoyar los regímenes democráticos, la participación ciudadana y el respeto a
los derechos humanos.
Estoy
consciente que todo esto requiere de recursos que van más allá de nuestras capacidades
actuales. La realidad sin embargo es que las opciones de financiamiento así
como la transferencia de conocimiento y tecnología desde las naciones más desarrolladas,
son cada vez más limitadas y costosas.
Señor Presidente,
Cinco
han de ser las palabras que llevemos en nuestras mentes de camino a Lima y Paris:
compromiso, ambición, cooperación, equidad y transparencia:
Compromiso para lograr la meta en reducciones
así como para establecer los mecanismos de compensación y adaptación para
contener el calentamiento global.
Ambición para demandar que los líderes de las
naciones más poderosas del mundo avancen más allá de los límites que estos se
auto imponen y que entre otras acciones permitan que los países de renta media
tengan mecanismos de financiamiento ambiental oportuno.
Cooperación para permitirle a las naciones que
más lo necesitan, acceso a los avances en tecnología, innovación y conocimiento
( tradicional y científico) para crear en el seno de esas sociedades una
conciencia transformadora que genere capacidades propias ante los retos
inmensos que se avecinan.
Equidad para que tanto los responsables
históricos como los grandes emisores asuman su cuota de responsabilidad en reducciones
y provisión de medios de implementación.
Transparencia para que los esfuerzos individuales y
colectivos sean medibles sobre criterios uniformes y tengamos información
públicamente accesible para que la sociedad global pueda identificar los
esfuerzos que se llevan a cabo.
Muchas
gracias.
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