- Pargo, corvina, dorado, marlín y
crustáceos como camarones, no sufren contaminación por marea roja
tóxica.
- INCOPESCA hace un llamado a
mantener el apoyo en la compra de productos pesqueros nacionales.
Ante la veda declarada en la costa pacífica, el pasado 19 de setiembre, por la presencia de marea roja tóxica (floraciones algales), el Servicio Nacional de Salud (SENASA) del Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Instituto de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA) aclaran que este fenómeno no afecta el consumo ni la comercialización de pescado y crustáceos.
“SENASA
declaró la medida sanitaria preventiva para la extracción y comercialización de
moluscos bivalvos (mejillón, almeja, ostras, piangua, ostión vaca) tanto de
cultivo como silvestres; esto debido a que los últimos muestreos y análisis
realizados por la Universidad Nacional (UNA) en muestras de agua tomadas del
Golfo de Nicoya se reportaran altas concentraciones de una microalga tóxica”
indicó Olivet Cruz, jefe de la Dirección de Productos de Origen Animal del
SENASA.
INCOPESCA
y SENASA mantienen coordinaciones estrechas en el marco de la Comisión
Interinstitucional de Marea Roja conformada por representantes de ambas
entidades del Sector Agropecuario, así como del Ministerio de Salud, de la Caja
Costarricense de Seguro Social, del Ministerio de Ambiente y Energía, la
Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional, mediante la cual se
mantiene un programa de monitoreo a lo largo de la costa pacífica de nuestro
país.
“Continuamos
procesos de coordinación y comunicación activa entre Instituciones y
organizaciones de molusqueros de la costa pacífica, por ello es importante
aclarar a la ciudadanía que la contaminación por marea roja no afecta al pescado
capturado por las diferentes flotas, camarones y otros crustáceos de alto
consumo en el país, por lo que se puede mantener la compra de estos productos
en los diferentes canales de venta”, comentó Carrasco Sánchez.
La “Marea Roja” es un fenómeno
natural que se produce por un aumento de la población de algas, debido a
diferentes factores oceánicos como temperatura, luminosidad, salinidad, cambio
de corriente, entre otros. En algunos casos estos podrían producir distintas
toxinas dañinas que pueden ser ingeridas por moluscos bivalvos y quedar
alojadas en ellos; al consumir este producto se ingiere también la toxina lo
que puede provocar daños en la salud de las personas, además de pérdidas
económicas para la acuicultura y la actividad extractiva.
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