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Se trata del plan de fortalecimiento de resiliencia de pequeños y
medianos productores de la región ante el cambio
climático.
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Con ello, la Región Norte cuenta ya con 320 fincas incorporadas al NAMA
Ganadería y la meta es alcanzar 422 en 2022.
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Iniciativa es ejecutada por el MAG con apoyo financiero de
Fundecooperación y ha contribuido a fortalecer la integración de las familias y
el compromiso de cada miembro con la sostenibilidad de la unidad
productiva.
Este
logro se enmarca en el plan de “Fortalecimiento de la Resiliencia de Pequeños
Productores y Productoras de la Región”, frente a los fenómenos
hidrometeorológicos, que además incluye el desarrollo de acciones para que en
las fincas sean sostenibles ambiental, social y económicamente.
Marianella
Feoli Peña, directora ejecutiva de Fundecooperación, explicó que este proyecto
es una de las más de 40 iniciativas del Programa Adapta2+, que implementa
Fundecooperación en el país con el apoyo del Fondo de Adaptación, el MINAE y la
Dirección de Cambio Climático y el MAG.
“Para
la realización de este proyecto se brindó acompañamiento en la implementación
de las medidas de adaptación, seguimiento técnico por parte del programa y
apoyo económico a las fincas participantes. Adicionalmente, mediante el
programa Crédito a su Medida y el producto especializado para el financiamiento
de acciones climáticas, PRO+CLIMA de Fundecooperación se lograron implementar
medidas de adaptación adicionales en algunas de estas fincas”, detalló.
El
ministro de Agricultura y Ganadería, Renato Alvarado, comentó que el proceso de
transformación del sistema productivo de estas fincas inició en 2016 y hoy
concluye con éxito, lo que hace que la Zona Norte alcance la cifra de 320
fincas adaptadas al cambio climático.
“En
el marco de la NAMA Ganadería y de la Estrategia Nacional de Ganadería baja en
Emisiones de Carbono, la meta regional, contemplada en el Plan Nacional de
Desarrollo, es 422 fincas adaptadas en 2022, y a nivel nacional estamos
trabajando para contar con 1.773 fincas sostenibles”, aseveró.
“Entre
otros aspectos, estas 75 fincas ahora mantienen mejores niveles de bienestar
animal, lo que impacta de manera positiva, ya que los
animales en buenas condiciones de producción, mejoran sus rendimientos
productivos”, explicó Fernando Vargas Pérez, director regional de Región de
Desarrollo Huetar Norte.
“Y,
en la parte ambiental se rescatan inversiones que permanecen en el tiempo, como
el manejo de sombra, cercas vivas, corrales adecuados, caminos con baldosas,
áreas con el mejoramiento de pastos y de los bancos forrajeros, los cuales dan
seguridad para la alimentación de los animales en tiempos difíciles”, detalló.
Estas
fincas también servirán como escuela a fin de facilitar la transferencia de
tecnologías a otros productores y productoras que tengan interés en adaptar sus
fincas a este sistema de producción sostenible.
Proceso de adaptación. En las fincas sostenibles y adaptadas al cambio
climático se cuenta con diversas fuentes para la alimentación animal, se
practica el ensilaje, el cultivo de bancos forrajeros, manejo y rotación de
potreros; se administra el recurso agua para las diferentes actividades de la
finca, así como su conservación y manejo, se construye infraestructura para la
cosecha de lluvia; se protegen nacientes y fuentes de agua mediante el cultivo
y protección de árboles y respeto de las áreas de retiro.
Los
productores, además, son capacitados en Buenas Prácticas Agrícolas, Buenas
Prácticas de Producción y Buenas Prácticas de Manufactura, para un adecuado
manejo de los procesos productivos y del almacenamiento de los diversos insumos
para la finca, evitando contaminaciones.
Otro
aspecto que es fortalecido en estas unidades productivas es el uso adecuado de
los desechos orgánicos e inorgánicos, los cuales se utilizan para preparar
abono orgánico, riego de purines, lombricompost, biodigestores, entre otros,
minimizando los gastos. Los rastrojos, incluso, se usan en la
alimentación del ganado o en la elaboración de compostajes.
En
la elaboración de los planes de finca y la definición de las tareas que deben
realizarse participa toda la familia productora, con sus aportes y experiencias,
lo que ha contribuido con lo que fortalece la integración de la familia y el
compromiso de cada miembro con la sostenibilidad de la unidad productiva.
El
compromiso del MAG y sus direcciones regionales con el proceso NAMA Ganadería,
se extiende a todo el país y a todos los sistemas bovinos, apoyados también por
las instituciones del sector y las principales cámaras de ganaderos
nacionales. Las personas productoras interesadas en formar parte de este
proceso pueden solicitar información en las redes sociales del MAG y en la
página del programa NAMA Ganadería www.fb.com/namagaderia.
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