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Fincas NAMA
representan 10 % del hato nacional y casi 17 % del área dedicada a pastoreo.
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Registran entre 11% y 18% más de rentabilidad,
mejoran el tiempo de salida de los animales al mercado, tienen pasturas y
forrajes de mejor calidad y en mayor cantidad.
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Al 2022 se tenía contemplado ingresar 1.800
fincas, por lo que, con las 2.300, se supera la meta del Plan Nacional de
Desarrollo e Inversiones Públicas 2019-2022.
Al día de hoy, en 2300 fincas ganaderas, de
todo el país, se desarrollan medidas de adaptación, mitigación y aumento de
rentabilidad con el objetivo de bajar costos, ser más resilientes y desarrollar
una actividad productiva más eficiente, reduciendo gastos, aumentando ingresos
y, sobre todo, con bajas emisiones y mejor adaptación al cambio climático.
Los retos del cambio climático, la apertura
comercial, la crisis de las cadenas de suministros, el conflicto bélico entre Rusia
y Ucrania, así como los múltiples aumentos en los costos asociados a insumos,
son factores que han acelerado la búsqueda de opciones por parte de las
personas productoras, interesadas en continuar en la actividad de una manera
rentable y resiliente, quienes se acercan al MAG y a las instituciones del
sector ganadero para implementar las medidas de la NAMA Ganadería.
Las prácticas implementadas son parte de la
Política de Ganadería Sostenible y del Plan Nacional de Descarbonización y la
Contribuciones Nacionalmente Determinadas de Costa Rica
En sus fincas, los ganaderos implementan
medidas como pastoreo racional, fertirriego de purines y bioles, cosecha de
agua de lluvia, establecimiento de banco forrajero, manejo de registros,
mejoramiento de pasturas y ambientes protegidos, entre otras, con el fin de
generar un cambio sustancial en la forma que los productores vienen trabajando
y que lo realicen más adaptados al cambio climático.
Las 2300 fincas representan el 10 % del hato
nacional y casi el 17 % del área dedicada a pastoreo. Además, entre otros resultados positivos, aumentan
su rentabilidad entre 11% y 18%, mejoran el tiempo de salida de los animales al
mercado, tienen pasturas y forrajes de mejor calidad y en mayor cantidad,
envían entre 1,4 a 1,8 toneladas de carbono por hectárea al suelo y mejoran la
captura e infiltración de agua en el suelo.
Un 25% del área de estas fincas esta
conservada en bosques, las zonas de pastura cuentan con más de 20 árboles
dispersos por hectárea, con más de 5000 kilómetros lineales de cercas vivas.
Las fincas NAMA han reducido más de 156.000 toneladas de CO2eq.
Estos datos evidencian el compromiso del
sector ganadero nacional y vuelven a recalcar que nuestra ganadería es
diferente a cualquier otro modelo a nivel mundial.
“Los retos siguen siendo complejos y la
administración Chaves Robles seguirá aumentando la cantidad de fincas dentro de
este exitoso modelo. El MAG se compromete a generar un cambio sustancial en la
eco-competitividad y en las cadenas de valor del sector con el apoyo del Sector
Agropecuario, las Cámaras de Productores, la academia y cooperantes
internacionales”, manifestó el ministro de Agricultura y Ganadería, Víctor
Carvajal Porras.
A partir de 2023, y con el apoyo de proyectos
como IKI Transforma-Innova, IKI Integra, Fondo de Adaptación y del INDER, las
personas productoras recibirán fondos no reembolsables y acceso al
financiamiento adaptado a sus necesidades particulares, así como mayor
capacitación en las fincas Escuela (ECA).
Además, se trabaja en el pronto acceso a
mercados diferenciados, aprovechando las ventajas comparativas de la actividad
ganadera nacional, la cual es baja en emisiones, libre de deforestación y en
pastoreo; con un alto índice de respeto por la biodiversidad y el bienestar
animal.
La NAMA Ganadería contempla diferentes niveles
de escalamiento. A 2022 se tenía contemplado ingresar 1.800 fincas, por lo que,
con las 2.300, se cumple la meta del Plan Nacional de Desarrollo e Inversiones
Públicas 2019-2022. Para el periodo
2023 a 2026 se tiene contemplado incluir en este modelo 1.232 fincas adicionales.
Me interesa adherirme a dicho programa.
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